Dos de sus 12 aviones debieron quedar en tierra por falta de pago a proveedores del exterior. El Secretario de Comercio, Matías Tombolini, dijo que la low cost debe financiar su expansión «con financiamiento propio».
Más de 30 vuelos de la aerolínea Flybondi fueron cancelados o debieron ser reprogramados este miércoles, como consecuencia de haber tenido que dejar dos de sus 12 aviones en tierra por no contar con los dólares para pagar a los proveedores.
La traba financiera a la empresa, en el contexto del cepo establecido por el Gobierno, había sido denunciada por Flybondi el martes y fue confirmada este miércoles por el secretario de Comercio, Matías Tombolini.
Con dos aviones menos para operar (y otros dos en mantenimiento en el exterior), la aerolínea «low cost» canceló ayer 22 vuelos y reprogramó los horarios de otros 10.
Eso no fue todo: al caer la noche del miércoles, una medida de fuerza en el Aeroparque metropolitano, por parte del personal de la empresa estatal Intercargo, generó demoras adicionales también de su competidora JetSmart.
Flybondi, cuyo accionista mayoritario es el fondo de inversión estadounidense Cartesian, había comunicado el martes que dos de sus aviones iban a quedar en tierra por falta de pago a los «lessors» (propietarios de los aviones, que a su vez los alquilan a las aerolíneas), así como de otros servicios como el mantenimiento en el exterior de otras dos aeronaves.
Esa demora, agregó la empresa, obedecía a que el Gobierno no le autorizó el pedido de compra de dólares a precio oficial través del sistema SIRA, a precio oficial, al Banco Central. La administración de las SIRA depende del secretario Tombolini.
El miércoles, por Twitter, el funcionario se trenzó en una discusión con Patricia Bullrich a raíz de este tema y escribió que «se conformó una mesa de trabajo entre Secretaría de Comercio, Ministerio de Transporte, Ministerio de Turismo, AFIP, Banco Central y ANAC y se mantuvieron varias reuniones con la empresa para analizar el giro de divisas producto del volumen normal de sus operaciones».
Según Tombolini, Flybondi manifestó que por arrendamiento operativo (leasing) y otros servicios «requería de 11 millones de dólares en dos meses», pero que desde Comercio le objetaron el monto solicitado. Según Tombolini, Flybondi aceptó esa objeción y cargaron nuevamente el pedido de las SIRA «por 6,2 millones de dólares por dos meses».
Tombolini fue más allá: dijo que Flybondi «hace un tiempo aumentó su flota y quiere crecer nuevamente (señal de que el país mejora)» y que «apoyamos su crecimiento». Pero, agregó, «debe hacerlo con financiamiento propio, algo que (Flybondi) no aceptó».
¿Qué significa «financiamiento propio»? Que las empresas deben conseguir que desde el exterior les financien los pagos en dólares por al menos seis meses, o incluso más. Es lo que viene sucediendo por ejemplo con las terminales automotrices, a las cuales les están autorizando el acceso a los dólares para pagar la importación de vehículos a plazos que van de los 195 a 210 días.
Desde Flybondi le respondieron a Tombolini que «la aerolínea aún aguarda el resto de las aprobaciones para poder normalizar su operación».
Respecto al plan para incorporar más aviones, hasta una flota de 20, según Flybondi «el mismo fue presentado numerosas veces a diferentes autoridades del Gobierno Nacional y siempre fue bien recibido. Nunca se había planteado por parte de las autoridades, y menos formalmente, frenar un plan de tal magnitud por la situación de las divisas. El 90% de la red de vuelos de Flybondi son domésticos y somos de las pocas aerolíneas que estamos apostando a este mercado».