“Einstein on the Beach fue una revolución en la historia de la ópera porque inauguró una nueva forma, una nueva manera de componer y, tal vez, es la primera vez en la historia de la música que en una ópera no hay historia”, cuenta Léo Warynsky, colaborador de la puesta en escena y director musical de la opera de Philip Glass que subirá en el Teatro Colón este próximo martes y miércoles.
Einstein on the Beach tendrá su estreno latinoamericano en el marco del Ciclo Colón Contemporáneo.
Según Warynsky, “Hay un libreto, pero más bien se trata de impresiones y paisajes de la imaginación de Einstein, pero en realidad no es una historia. Para mí es muy fuerte esta idea. La segunda cuestión, cuando Philip Glass creó esta ópera, es que fue la primera vez que se construía una ópera como un trabajo total».
Y agrega: «Era una pieza que conectaba la música, el teatro (con Bob Wilson) y la danza (con Lucinda Child). Y fue un gran evento en todo el mundo, en Nueva York primero, luego en París. Había una especie de libertad en los años ’70, esta ópera fue escrita en 1976, y está realmente relacionada con la libertad que tenían los artistas”.
-La obra fue resultado de un trabajo colaborativo entre el músico Philip Glass, el director teatro Robert Wilson, y la coreógrafa Lucinda Child. Imagino que será difícil obviar la versión original. ¿Cómo será la versión que presentarán aquí?
Es un gran desafío. Es muy difícil olvidar lo que hicieron Bob Wilson, Lucinda Child y Glass. Por supuesto, es muy fuerte como herencia. Tenemos una partitura, la música de Philip Glass, y realmente nos basaremos en la partitura y en la música. Sin embargo, Martin Bauer y yo queremos un nuevo punto de vista sobre este trabajo. Haremos una nueva coreografía de Lucinda Child, el coro no va a estar en el escenario sino en el foso con el ensamble. Y habrá nuevo texto, nuevas ideas, dadas por los actores.
-¿Los nuevos textos en castellano?
-Sí. En español y en inglés, originales y nuevos.
-¿Podríamos decir que «Einstein on the Beach» tendrá su versión porteña?
-¡Sí! Es realmente una nueva versión.
Una música desafiante
-¿Podría describir la música de cada uno de los cuatro actos? ¿Qué tipo de desafíos enfrenta dirigiendo esta obra?
-Es una música tan diferente a la música de los primeros siglos. No tiene nada que ver con el romanticismo, con el lirismo. Es una música minimalista, basada en loops, en la repetición de pequeñas ideas musicales que se repiten, repiten y repiten. Así que es una nueva dificultad, primero porque es muy agotador para tocar, las repeticiones son realmente muy intensas para los músculos de los músicos.
-Y también para la concentración.
Sí, es muy fácil perderse Para el público es como algo muy hipnótico, puede darte la impresión de estar en levitación, como en un sueño. Pero para los músicos, es difícil. Siempre tienen que estar realmente conectados conmigo y con la partitura para no perderse.
-Es una música realmente desafiante. Vino en marzo para ensayar con los músicos. ¿Cómo fue el proceso?
-Necesitamos tiempo para aprender la música y ahora es como una segunda piel para nosotros.
-Además la obra tiene una energía imparable, desde el principio hasta el final, usted tiene que sostenerla tres o cuatro horas.
-Así es. Para mí es un reto. Es extraño porque cuando comencé a ensayar tenía mucho miedo de hacer esta música. Ya había dirigido mucha música de Philipp Glass. Dirigí Akenatón, que es una ópera muy famosa, en la ópera de Niza hace unos años. Conozco la música de Glass, sé lo difícil que es y cómo tengo que trabajar. Pero tengo que decir que Einstein on the Beach es más difícil. Es más larga, algunas partes son muy enérgicas, muy rápidas, y otras más líricas, más poéticas.
Por ejemplo, Knee 1, Knee 2, Knee 3, Knee 4, es muy suave y es como respirar en la música. Así que tengo que arreglármelas para hacer un vínculo y descansar a veces, también para los músicos y el público.
Porque cuatro horas solo con música enérgica es agotador y no es agradable. Pero si logras tener algún momento más tranquilo, más suave, es importante que el público respire.
Detalles de la puesta
-¿Es la primera vez que dirige «Einstein…»?
-Sí, es mi primera vez.
-¿Veremos los elementos que aparecen en el original: el tren, la nave espacial…?
-Sí. Será diferente a la versión de Bob Wilson, pero verás el juicio, la nave espacia.
-La obra rompe con muchos elementos de la ópera tradicional, pero en el cuarto y último acto hay un número, “cama-aria”, que funciona de alguna manera como un aria, es una larga vocalización sin texto.
-Exactamente. Te voy a contar una anécdota. Solía hablar con Lucinda Child, y ella me dijo: “Philip Glass es mucho más romántico de lo que pensamos”. Para ella, Glass es quizás el último de los compositores románticos. Es muy interesante porque para mí su música es realmente lo opuesto. Pero hay algunos videos en YouTube donde podés ver a Philip Glass tocando su propia música. Y es interesante porque nunca hace lo que escribe en la partitura. Es muy libre, mucho rubato, mucho rallentendo, accelerando.
-Tal vez el paso del tiempo lo fue romantizando, ¿no?
-Sí. ¡En los años 70 no era nada romántico! Creo que Einstein on the Beach es probablemente el trabajo más radical. Después, en Akhenaton, Perfect Stranger, va a una música más académica, más romántica, tal vez.
Hay otra pieza, Another Look at Harmony que es exactamente la misma idea de Einstein… Es música basada únicamente en un ritmo, en una tercera posición, y no en rubato o figuras armónicas fuertes.
Una ópera del siglo XX
-¿Cómo ve «Einstein on the Beach» en el contexto de lo que ha sucedido en el mundo de la ópera durante los últimos 30 años?
-Creo que no es una coincidencia que Philip Glass sea de Estados Unidos, porque había mucha vanguardia en la década de 1970 en Nueva York. Philip Glass conocía a Morton Fledman, Andy Warhol, y todo este ambiente era realmente iconoclasta, y la ópera siempre ha sido un problema en el siglo XX.
Fue un problema para los compositores europeos, Boulez nunca escribió ninguna ópera, Ligeti sólo escribió una. Fue realmente complicado para los compositores, porque la ópera estaba tan relacionada con el siglo XIX, XVIII, era una forma muy antigua. Entonces, ¿cómo ser moderno con una forma tan antigua?
-Y «Einstein on the Beach» no usa una orquesta tradicional sino un ensamble.
-Sí, y no hay cantantes solistas –soprano o tenor- sólo un coro. Es realmente interesante. Solo hay elementos nuevos y absolutamente no tradicionales. El personaje principal es el coro y el violín. Así que es una forma muy nueva de componer. Y es una especie de respuesta a la crisis de la ópera que existía en esos tiempos.
-El sonido del ensamble es muy particular: un teclado electrónico, instrumentos de viento, coro.
-Sí. Cuando empezamos los ensayos en marzo fue muy fuerte porque enseguida sonó muy bien. El sonido del teclado, del saxo, la flauta, junto con el coro, inmediatamente suena a Philip Glass. Fue muy, muy intenso.
-En el estreno, Wilson y Glass animaron al público a entrar y salir de la sala cuando lo desearan durante las cinco horas de duración de la obra. ¿Se podrá hacer lo mismo?
-La idea es que la audiencia se quede en la sala. Vamos a reducir algunas repeticiones para que no sea demasiado largo para el público.
-¿Contactó a Philip Glass para hacerle alguna consulta?
-No. Sé que él sabe que hay una nueva producción en Buenos Aires.
-¿Cómo fue su paso por Buenos Aires cuando vino en marzo para ensayar?
-Fue muy agradable. Era la primera vez que venía a Buenos Aires. Y estuve muy feliz porque tuve la oportunidad de asistir a un concierto en el Teatro Colón una noche, y realmente quedé muy impresionado con el público, su energía. Eran muy jóvenes, estaba absolutamente lleno, fue una locura. El Teatro Colón es quizás uno de los teatros más hermoso que vi en mi vida, la acústica es simplemente perfecta.
Ficha
Ciclo Colón Contemporáneo
Einstein on the Beach (estreno latinoamericano), de Bob Wilson y Philip Glass
Director musical: Léo Warynski
Director de escena: Martín Bauer
Dirección cinematográfica: Alejo Moguillansky
Coreografía: Carlos Casella
Diseño de vestuario: Luciana Gutman
Concepto escénico: Mariana Tirantte, Matías Sendón Electrónica Sebastián Rivas
Teatro Colón
Funciones: martes 13 a las 20 y miércoles 14 a las 20.
MFB