En la tarde de ayer miércoles murió el famoso y popular actor y director Pepe Soriano, a los 93 años. La noticia fue confirmada por el empresario teatral Carlos Rottemberg.
Su familia decidió que sus restos sean velados este jueves, de 10 a 13 en la Fundación SAGAI, ubicada en 25 de mayo 586. Soriano fue presidente honorario de SAGAI, una asociación civil sin fines de lucro que gestiona y administra colectivamente los derechos de propiedad intelectual de actores, actrices, intérpretes de voz, bailarines y bailarinas abonados de manera compensatoria por la comunicación pública de sus obras.
Uno de los primeros en llegar a la Fundación fue el propio Rottemberg, junto a su hijo Tomás.
Carlos y Tomás Rottemberg, llegando a la Fundación SAGAI, donde se realiza el velatorio de Pepe Sorianio. Foto: Guillermo Rodríguez AdamiTambién estuvieron el actor Martín Seefeld y la actriz Dorys del Valle.
Martín Seefeld. Foto: Guillermo Rodríguez AdamiTal como lo había pedido el mismo Soriano, de acuerdo a lo manifestado por Rottemberg, en el lugar no había ofrendas florales.
Dorys del Valle. Foto: Guillermo Rodríguez AdamiPocos minutos después llegó el ministro de cultura de la Nación, Tristán Bauer.
Tristán Bauer. Foto: Guillermo Rodríguez AdamiSobre el mediodía estuvieron Nancy Duplaa y Pablo Echarri, colega de Soriano en SAGAI, y también Luis Brandoni, que compartió elenco con el inolvidable Pape en La Patagonia rebelde y La Nona.
Nancy Duplaa y Pablo Echarri. Foto: Guillermo Rodríguez AdamiA las 14.15, se realizará una ceremonia religiosa en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita, donde también se espera que asistan varios de sus colegas.
Una figura icónica y muy querida
José “Pepe” Soriano fue un auténtico grande entre los artistas de nuestro país, una condición que no resignó siquiera en los años que decidió emigrar a España -entre el ’87 y el ’92- y también un luchador por los derechos de sus colegas.
Pepe Soriano. Foto Juano Tesone Y cómo no revivir entonces su entrañable personaje en La Nona, o en El violinista en el tejado, su recorrido por todo el país con el Loro Calabrés. Este último, un unipersonal que realizó durante cuatro décadas, también lo llevó por Latinoamérica y Europa, con la adaptación (El loro sigue contando) cuando ya repasaba su vida artística y personal.
El teatro y el cine cimentaron su popularidad. La patagonia rebelde, por supuesto. También estuvo en Los gauchos judíos, de Juan José Jusid, y en No toquen a la nena, además de Asesinato… (1984) como uno de sus principales papeles. Inclusive, en el ’79 llegaría con La Nona al cine, bajo la dirección de Héctor Olivera. Y varias décadas después interpretaría en el teatro al icónico personaje creado por “Tito” Cossa.
La obra de Soriano en cine abarca más de 50 películas desde sus comienzos en 1955 e incluyen premiadas como Juan Lamaglia y señora (1970, por la que ganó el Cóndor de Plata), además de títulos que también quedaron entre los más relevantes: Las venganzas de Beto Sánchez de aquel primer ciclo y, a partir de los ’90, Funes, un gran amor, Una sombra ya pronto serás y, en tono más de comedia, Coen vs. Rossi.
Si en el teatro había comenzado a principios de los ’50, fue camino fue incontenible. Aquel Rashomon (1960) que citaba como un hito, también se acompañó por otros clásicos como su personaje de Tartufo (1968) y hasta la comedia musical, que desechó en un principio y que aceptó mucho más adelante, en el 2000, convocado por Alejandro Romay para Mi bella dama.
Soriano también fue uno de los artífices de Teatro Abierto, aquella gran manifestación cultural cuando todavía regía la dictadura y aquellas representaciones eran un canto de resistencia. “En Teatro Abierto se da una suma de sentimientos, había un cierre que nos encontraba de la mano. Fue lo más hermoso que dio el teatro en esas décadas”, contó.
Recién en 1987, con el país ya en democracia, se radicó en España ante una oportunidad de trabajo, pero volvió. “Extrañaba muchísimo”, reconoció. Le costó reinsertarse pero, poco a poco, lo fue logrando. De aquel pasó por España quedó su papel como doble del dictador Francisco Franco en Espérame en el cielo (1988), así como un gran éxito en la serie televisiva Farmacia de guardia. Por aquella película fue nominado como mejor actor para los premios Goya. Tuvo participación en la celebrada Los gozos y las sombras y en la miniserie para televisión sobre Lutero.
Su actividad artística en las últimas décadas no decayó, y también se dio tiempo para promover y presidir SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes), una entidad en defensa de derechos de los actores.
Nocturna, La noche del hombre grande con Pepe Soriano. Al borde de los 90, Soriano estaba plenamente activo. Protagonizaba Rotos de amor, en el Picadilly junto a Víctor Laplace, Gustavo Garzón y Osvaldo Laport. Y poco después, comenzaba el rodaje de Nocturna, junto a Marilú Marini, un thriller psicológico dirigido por Gonzalo Calzada.