La acumulación de las semanas, el acercamiento cada vez más íntimo, las complicidades y la química latente provocó un paso más en Gran Hermano. A todos los romances incipientes, o al menos coqueteos, se le acaba de sumar la intimidad manifiesta que protagonizaron Sabrina y Alan.
La blonda y el joven se entrelazaron en una noche de pasión entre sábanas, a la que accedieron tras aportar el consentimiento con el gesto necesario que obliga la producción del reality. Las imágenes se viralizaron con fuerza por los medios y las redes sociales.
Además del impacto por visualizar esa actividad tan del ámbito privado en televisión, los arrumacos de Cortez y Simone también activaron otro debate, que refiere a la situación sentimental de la influencer, quien ingresó a la casa más famosa de novia.