Realizar actividad física diaria está relacionado directamente con una buena salud, dado que mover el cuerpo aporta en la prevención o el tratamiento -según el caso- de diversas enfermedades. La caminata es uno de los ejercicios más frecuentes, debido a su facilidad, la comodidad que implica su puesta marcha y que no significa un gasto para el bolsillo. Lo cierto es que hay ciertas dudas sobre la distancia que se debe recorrer para conseguir los resultados requeridos.
Calzado adecuado, ropa cómoda y un camino a recorrer son los requisitos para poner en acción una caminata. Como todo ejercicio, es importante controlar el ritmo, partiendo de un nivel bajo de exigencia, para ir subiéndolo de forma progresiva de acuerdo al avance del entrenamiento. Por supuesto, esto varía según el estado físico de quien lo realiza, teniendo en cuenta la edad, el peso y las enfermedades preexistentes.
La distancia que se sugiere recorrer es de 7 u 8 kilómetros por jornada, número con el que se queman entre 300 y 400 calorías; es importante realizarlo de manera regular y controlando la intensidad. Cabe destacar que es un buen tip marcarse una meta como motivación, lo que ayudará a lograr y superar los objetivos semana tras semana.
En este sentido, un registro diario sobre los pasos que se ejecutan puede ser de gran ayuda y la tecnología es una gran aliada para hacerlo. Tener una pulsera o reloj inteligente permite llevar un control tanto de los movimientos como de la frecuencia cardíaca. Además, brinda la posibilidad de poner alarmas y recordatorios para que no se pase la hora de ejercitarse.
Entre las recomendaciones para aquellos que recién están comenzando con esta actividad física se encuentra principalmente escuchar al cuerpo y seguir el ritmo que este requiera. Para el ánimo y la motivación, el cambio de rutas a recorrer es un aspecto que puede incidir; asimismo, realizar el ejercicio en forma grupal puede impulsar a no abandonar.
En el mundo del deporte hay prácticas que se convierten en tendencia, siendo realizadas masivamente en todas partes del mundo. En el último tiempo, la llamada caminata del gorila se convirtió en la favorita, involucrando diversos músculos, lo que la convirtió en la estrella de los entrenamientos.
La propuesta incide en realizar desplazamientos utilizando la fuerza y la coordinación. Hay que posicionarse con una sentadilla baja, con los pies separados con una apertura igualada a la de los hombros y mantener la columna recta sin encorvarla.
Una vez alcanzada esta postura, se debe comenzar a realizar un movimiento de balanceo de un lado a otro para avanzar. Es crucial que los brazos se tornen pesados; se deben colocar las manos al frente y los movimientos se hacen con el núcleo/core. Por su parte, las piernas deben seguir el ritmo del cuerpo.
Mientras se obtiene un resultado similar a los movimientos que hacen los gorilas, de allí el nombre, este ejercicio otorga grandes beneficios como mejorar el equilibrio y la coordinación, trabajar la movilidad de la cadera y fortalecer los hombros y las muñecas.
LA NACION