La merma que evidencia el consumo de lácteos, con afectaciones que van desde las menores ventas hasta el cierre constante de tambos, vuelve a encender la posibilidad de un conflicto a gran escala entre las empresas del sector. Ocurre que Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA), dueña de marcas como Yogs y Shimy, «blanqueó» su decisión de aplicar suspensiones en sus plantas en Córdoba y la provincia de Buenos Aires. La firma decidió extender la medida a buena parte de su dotación de empleados, pero este movimiento chocó de frente con la oposición del gremio ATILRA, que ya anticipó que activará medidas de fuerza a gran escala si la empresa no revierte su posición. ARSA viene de mantener reuniones con el sindicato en las que expuso que su actividad sufre el impacto directo de una caída superior al 20% en el consumo flanes, yogures y postrecitos. El rechazo de ATILRA al plan de suspensiones, dijo la láctea, podría redundar en la quiebra de la empresa, por estos días ya en situación de concurso preventivo.
Los alcances de las suspensiones que impulsa la firma fueron detallados por ARSA a través de un comunicado en el que se dio cuenta de las conversaciones concretadas con representantes del gremio.
ARSA señaló que promovió una reunión «por pedido de la propia empresa, y tenía como fin presentar en detalle la crítica situación que la compañía se encuentra atravesando, en la búsqueda de alcanzar consensos para poder avanzar en alternativas que permitan, a partir de una reestructuración y reingeniería de los procesos productivos, garantizar la continuidad de las operaciones».
«Lamentablemente en dicha reunión los directivos de Atilra han manifestado un terminante rechazo al planteo presentado por la empresa, amenazando con la implementación de medidas cuyo resultado, sin duda, no logrará otra consecuencia que agravar la ya crítica situación de la compañía y de los propios trabajadores a los que representan», explicó la láctea.
ARSA buscó acercar posiciones con ATILRA
En dicho encuentro, ARSA explicó su intención de suspender a cerca del 40% de su dotación de personal por un lapso a decidir y bajo un esquema de reducción de salarios. «La empresa está tratando de extender su situación operativa mientras lleva adelante su proceso de concurso preventivo», comentó a iProfesional una fuente cercana a Caprolecoba, una de las entidades que integra a los productores de leche en el territorio bonaerense.
«Las dificultades que atraviesa la compañía no son más que el resultado de un contexto cada vez más desfavorable para el sector lácteo. Se están cayendo los consumos más básicos, y la demanda de flanes o yogures nunca fue una prioridad para los hogares. Si el contexto no cambia, las empresas no pueden sostener sus estructuras por mucho tiempo. De no modificarse la situación del consumo y continuar la falta de oxígeno financiero para el sector, los conflictos en las empresas que procesan leche se harán cada vez más comunes y seguidos«, agregó otra fuente del sector lácteo.
ARSA controla marcas como Yogs, tradicionalmente producida por SanCor.
En sintonía con esto, ARSA informó que su intención es sortear «un contexto sumamente difícil signado por un marcado deterior del poder adquisitivo y como consecuencia una gran caída del consumo en general y de los productos que elabora nuestra compañía en particular».
«Lamentablemente (la situación de ventas) ha empeorado significativamente en los primeros meses del corriente año, haciendo inviable el sostenimiento de la estructura productiva actual, en virtud de lo cual planteamos la ineludible necesidad de prever un determinado porcentaje de suspensiones laborales por un margen de tiempo», agregó.
Por el lado de ATILRA, la voluntad del gremio reside en blindar la continuidad de los puestos de trabajo.
De aumentar la tensión con la cúpula de ARSA, el sindicato podría avanzar con un esquema de lucha similar al aplicado en SanCor en los últimos meses, con retenciones de tareas por turnos, asambleas periódicas y, de considerarlo necesario, aplicando eventuales paros totales.
El sector lácteo, golpeado por el contexto económico
El segmento de los lácteos atraviesa una etapa de cimbronazos que se extiende desde el consumo en góndolas y heladeras hasta el inicio mismo de la cadena productiva con sus rodeos y tambos.
Tras evidenciar una baja del consumo superior al 21% en el último mes, la cadena de producción acercó datos que refieren a una caída importante, durante el último año, en lo que refiere a la cantidad de centros generadores de leche en funcionamiento.
ATILRA viene de entablar un conflicto de meses con SanCor por mejoras salariales.
En ese sentido, sendos monitoreos efectuados por la cadena láctea arrojaron que de 2023 a esta parte el cierre de tambos viene ocurriendo, en promedio, a razón de algo más de un establecimiento productivo por día.