martes, 7 enero, 2025
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De la guerra civil española a ser reina de Bulgaria: la vibrante vida de Margarita Gómez-Acebo

Su infancia estuvo marcada por la tragedia en la España de la Guerra Civil (Grosby)

La vida de Margarita Gómez-Acebo, nacida el 6 de enero de 1935 en Madrid, estuvo marcada por giros del destino que la llevaron desde una infancia trágica en la España de la Guerra Civil hasta convertirse en reina consorte de Bulgaria y, más tarde, primera dama de una república. Su historia es un reflejo de resiliencia, amor y adaptabilidad en medio de los desafíos políticos y personales.

Según publicó Vanity Fair, Margarita apenas tenía poco más de un año cuando sus padres, los marqueses de Cortina, fueron asesinados durante la Guerra Civil Española. Tras esta tragedia, quedó al cuidado de su abuela en París, pero pronto también perdió a esta figura de apoyo, así como a un tío que posteriormente la acogió. En su adolescencia, regresó a Madrid para vivir con otro tío, Jaime Gómez-Acebo, marqués de la Deleitosa, un destacado banquero y aristócrata que se convertiría años después en consuegro de los condes de Barcelona. Este retorno marcó su inserción en los círculos aristocráticos y su eventual conexión con la realeza europea.

En Madrid, Margarita conoció al rey Simeón II de Bulgaria, quien se encontraba en el exilio tras el golpe de Estado de 1944 en su país y había encontrado refugio en España gracias al apoyo del régimen de Francisco Franco. Según la biografía oficial de la familia real búlgara, el rey quedó profundamente impresionado por Margarita desde el primer encuentro, aunque el destino los separó temporalmente cuando Simeón partió a estudiar a Estados Unidos.

El reencuentro ocurrió años después durante una visita de Simeón a Madrid. Su relación floreció rápidamente, pero el matrimonio enfrentó obstáculos debido a las diferencias religiosas: Simeón, cristiano ortodoxo, y Margarita, católica, se vieron obligados a negociar con el Vaticano. Finalmente, lograron superar estas barreras, ayudados por un caso similar: el compromiso entre el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia.

La pareja celebró su matrimonio en 1962 con tres ceremonias: una católica privada en Madrid, otra civil en Suiza y una última ortodoxa en Vevey, Suiza. Sobre esta peculiaridad, Margarita bromeó más tarde diciendo: “Es muy difícil y casi imposible disolver una triple boda”.

Margarita y Simeón vivieron en Madrid tras ser impedidos de regresar a Bulgaria bajo el régimen comunista (CAMERA PRESS/Mark Stewart)

Impedidos de regresar a Bulgaria debido al régimen comunista, Margarita y Simeón fijaron su residencia en Madrid, donde nacieron sus cinco hijos: los príncipes Kardam, Kyril, Kubrat, Konstantin y la princesa Kalina. La familia llevó una vida relativamente tranquila, aunque vinculada a los círculos de la alta sociedad y con una estrecha relación con la familia real española. Sus hijos compartieron su juventud con don Felipe VI y las infantas Elena y Cristina, y más tarde protagonizaron titulares en las revistas sociales.

El colapso de la dictadura comunista de Teodoro Yivkov en 1989 transformó nuevamente la vida de Margarita: en 1996, las calles de Sofía se llenaron de gente para recibirla junto a Simeón en su esperado regreso a Bulgaria tras décadas de exilio.

Aunque Simeón no recuperó el trono, en 2001 sorprendió al mundo al postularse como primer ministro de Bulgaria, cargo que ganó tras un arrollador apoyo popular. Durante este período, Margarita asumió el inesperado rol de primera dama de la República, un puesto que desempeñó con discreción y dignidad.

Tras perder las elecciones siguientes, la pareja regresó a Madrid, donde residen desde entonces. A pesar de su alejamiento de la vida pública, Margarita y Simeón mantuvieron su presencia en eventos clave de la realeza europea, como la reciente coronación de Carlos III en el Reino Unido.

Margarita es la única mujer que fue reina consorte y primera dama de una república (Grosby)

Margarita es, hasta el momento, la única mujer que fue reina consorte y primera dama de una república. Este doble rol, tan inusual como significativo, refleja su capacidad de adaptación a las circunstancias más adversas. Sin embargo, su humildad fue siempre una constante. En Madrid, es conocida por llevar una vida sencilla, llegando incluso a usar el autobús de la línea 45 para desplazarse al centro de la ciudad. Este hábito le valió el apodo de “la reina del 45”, inmortalizado por el periodista Jaime Peñafiel en un homenaje que destaca la singularidad de su historia.

A sus 90 años, Margarita de Bulgaria sigue siendo una figura representativa de cómo las tragedias y desafíos pueden ser enfrentados con valentía y gracia, dejando un legado de resiliencia y humanidad que trasciende fronteras y épocas.

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