GUALEGUAYCHÚ.- Pasó un mes y medio desde que el exgobernador Sergio Urribarri ingresó a prisión por decisión de la Cámara de Casación Penal de Paraná. Pero su situación empezó a cambiar la semana pasada, cuando con voto dividido el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos (STJER) habilitó la feria para tratar el pedido de no aplicar la prisión preventiva, que hicieron sus abogados defensores.
Mientras que los vocales Germán Carlomagno y Leonardo Portela –presidente del STJER- se inclinaron por la libertad con las restricciones que cumplían los condenados antes de ser detenidos, el vocal Miguel Giorgio se mantuvo en su posición y votó por el cumplimiento efectivo en la cárcel paranaense.
“Lo primero que hay que decir es que acá no se resolvió nada vinculado a la cuestión de fondo, eso tramita en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Lo que se resolvió fue si ese trámite debía transcurrir con Urribarri cumpliendo prisión preventiva efectiva en base a considerar si existe riesgo inminente de fuga”, explicó a este medio Portela, considerado el voto sorpresa de la jornada, ya que fue la primera vez que le tocó tratar la situación del exgobernador.
“No puedo guiarme por las sensaciones de la gente, tengo que ajustarme a lo que dice la ley para Urribarri y para Juan Pérez, aunque el primero tenga una mansión en Concordia y el segundo se desplace a pie. Hay una presunción de culpabilidad de cometer delitos de corrupción, existen dos sentencias, pero hasta que no confirme la Corte gozan del principio de inocencia”, insistió Portela en diálogo con LA NACION.
El magistrado sumó: “Entiendo que exista gente molesta con esto, pero la ley es una cuestión formal, a mi incluso a veces me causan dolor de estómago algunas cosas, pero yo no hago las leyes”. Ante la pregunta de si esta definición le “causaba dolor de estómago”, dijo: “No, estoy tranquilo por lo que antes expliqué, no hay prueba de indicios de fuga, lo fueron a buscar a su casa para meterlo preso”.
Diferente es la situación de los vocales Carlomagno y Giorgio, quienes intervinieron de maneras diferentes en el camino a la Corte. El primero habilitó todos los pedidos de revisión solicitados por la defensa de Urribarri, mientras que Giorgio siempre que le tocó opinar al respecto se mantuvo más cerca de los planteos del Ministerio Público Fiscal.
Hay antecedentes: cuando la Cámara de Casación confirmó las sentencias condenatorias y los abogados de Urribarri fueron al STJER, Carlomagno fue el que primero falló a favor de que el tribunal tratara el pedido, y cuando el mayor órgano judicial de Entre Ríos confirmó la condena por corrupción, fue uno de los que habilitó el recurso a la Corte nacional.
En todas esas instancias, con fuertes argumentos, hizo lugar a los planteos de la defensa. Habilitó el recurso extraordinario primero ante el STJ y después allanó el camino a la Corte, en medio de la contradicción manifiesta de la jueza Gisela Schumacher, quien primero votó en contra del recurso de Urribarri y luego habilitó el pasaporte a la ciudad de Buenos Aires.
En la cuestión de fondo, las revisiones de la condena por los delitos de corrupción, Carlomagno siempre votó en línea con el planteo de las defensas. Integra la Sala Laboral, no la Penal del STJER, y comenzó a intervenir en esta historia desde que los vocales de la Sala Penal Daniel Carubia y Claudia Mizawak manifestaron la imposibilidad de poder intervenir.
Mizawak fue abogada del exgobernador y Carubia se excusó porque en alguna instancia del proceso intervino su yerno Alejandro Canepa, actual presidente de la Asociación de Magistrados de Entre Ríos.
El voto díscolo fue el de Giorgio. Las fuentes consultadas respecto al vocal oriundo de Concordia –el único original de la Sala Penal del STJER en este tribunal conformado durante la feria judicial- coinciden en que es un hombre de carrera judicial que llegó de una manera poco común al organismo.
El exgobernador Gustavo Bordet le pidió informalmente a Cambiemos una lista de personas con mérito suficiente para ocupar la primera vacante en el organismo que se produjo durante su gestión. En esa lista estaba Giorgio, quien votó consecuentemente de manera adversa para la defensa de Urribarri en cada uno de los tramos de este viaje a la Corte.
La postura de Giorgio siempre ha sido sostener la culpabilidad del exgobernador y esta no fue la excepción: en el voto contrario a los de Portela y Carlomagno, habló de “privilegio indebido” y “peligroso antecedente”.
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