Ya no están las tardes gloriosas de Champions con Lionel Messi. Tampoco con Ángel Di María, más allá de que jugó esta edición para el Benfica. Los dos íconos argentos que tienen un palmarés importante le dejaron el legado a la nueva generación, a los que los ayudaron a ser campeones de todo con la Selección. Y los pibes, ya no tan pibes, van dejando en alto la bandera celeste y blanca que Leo sacó a dar la vuelta olímpica en cuatro ediciones del torneo más importante del mundo.
Y ya con los semifinalistas definidos, el sueño argento de dar la vuelta en Munich es exclusivo de Lautaro Martínez. En el camino quedaron el Aston Villa de Emiliano Martínez -qué susto le dio al PSG- y también el Atlético del Cholo, que se fue en octavos con la polémica que aún no fue zanjada de si Julián Álvarez (el último argentino en levantar la Orejona, con un papel importante en el 2023) la tocó dos veces.
Lautaro Martínez es hoy el estandarte nacional en el Viejo Continente. Se quedó con las ganas en el 2023, cuando su Inter cayó por la mínima ante el City de Guardiola. Pero el Toro siempre insiste. Es un jugador integral que no para de crecer a los 27 años. Por algo es el capitán de unos de los grandes de Europa, por algo fue decisivo en la serie ante el Bayern, con dos goles.
El Inter no es un club de los coperos. Tiene tres Champions en su larga historia y la última la logró en el 2010, cuando el equipazo de Mou (tenía a cuatro compatriotas de elite: Javier Zanetti, Esteban Cambiasso, Walter Samuel y Diego Milito) se cargó al Barsa de Pep y Messi en semifinales y luego le ganó la final al Bayern, en el Bernabéu.
El Toro sabe que su Inter no es el favorito. Que los boletos se los lleva el Barsa de Lamine Yamal, pero LM10 quiere ratificar en el campo aquello que dijo en la entrega del último Balón de Oro, cuando quedó séptimo (”Sinceramente, me esperaba quedar más arriba”). Y esa es la zanahoria que tiene por delante, demostrarles a todos que no se conforma con ser campeón del mundo y bicampeón de América.
Que siempre quiere más.