Un prestigioso médico de 79 años fue encontrado asesinado en su casa de Pehuajó, donde también funcionaba su consultorio. El hombre presentaba una profunda herida en la cabeza y en el lugar encontraron un hacha. Los investigadores creen que el autor del crimen fue su propio hijo, que padece retraso madurativo y problemas psiquiátricos, y que tenía una relación conflictiva con su padre.
Jorge Tejerina trabajó toda su vida como médico clínico en el Hospital Municipal de Pehuajó, a 371 kilómetros al noroeste de la provincia de Buenos Aires. En su casa de la calle Chassaing al 400 tenía también su consultorio.
Hasta allí fue su hija, Karina Tejerina –también médica–, luego de que su padre no le respondía los llamados.
Su ex esposa, y madre de sus dos hijos, tampoco podía comunicarse con Tejerina. Fue un detalle que alertó a la mujer: su hijo Martín (45), quien padece retraso madurativo y que convivía con el médico, la fue a visitar. Llegó solo, con una botella de gaseosa en la mano. Siempre que iba a la casa de su madre era porque había discutido con su padre.
Cuando llegó a la casa, cerca de las 20 de este martes, Karina encontró a su padre tirado en su consultorio, con los pantalones bajos, la cabeza rota y el cuerpo lleno de sangre. Junto al cuerpo había un hacha con el mango de madera, que la propia hija reconoció como una pertenencia del hombre.
El cuerpo fue trasladado a la morgue donde se realizó la autopsia, que determinó que Tejerina murió de un “shock hipovolémico, traumatismo craneoencefálico grave y múltiples heridas contuso-cortantes”.
“Presentaba una herida muy fuerte como su lo hubiesen golpeado de atrás”, dijo a Clarín un investigador.
La investigación y el sospechoso
Al tomar conocimiento del crimen, los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Trenque Lauquen iniciaron una investigación junto con el fiscal de Pehuajó Luis Candentey.
La hipótesis de que lo atacó un ladrón que ingresó a la casa para robarle fue perdiendo fueron luego de que notaron que no había puertas ni ingresos violentados. Se encontraron mil dólares y 100 mil pesos sobre una mesa, además del celular de la víctima. Las cámaras de seguridad de casas vecinas no mostraron la entrada de ningún sospechoso.
En el lugar se secuestró el hacha y ropa con manchas de sangre que podrían ser de Martín, hijo de la víctima.
Con el avance de la investigación se comenzó a analizar la posibilidad de que Martín, el hijo menor del médico, fuera su asesino. Los testigos indicaron que la relación entre ambos “era conflictiva” y que la única persona que podía controlarlo era su padre.
“El lunes a la tarde los vieron juntos. Por la noche el hombre fue a la casa de su madre. No era normal que vaya, lo hacía cuando se enojaba con su padre. Apareció con una Coca-Cola bajo el brazo y no le dijo nada a su madre”, precisó el mismo investigador.
Al ser entrevistada por la policía, la mujer aseguró que su hijo ingresó “en estado de exaltación y con las manos sucias, expresando con gestos y señas haber mantenido discusión con su padre”.
Según describieron los investigadores, Martín se enojaba cuando su padre “le decía que no a algo” y era el médico la única persona que podía controlarlo. Nunca lo había denunciado, pero hubo episodios que lo insultaba o golpeaba en público.
“Es de una contextura física grande”, describieron a Martín, que ahora está internado en el área de psiquiatría del hospital local, y acusado del homicidio de su padre.
MG