sábado, 21 junio, 2025
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Deuda. Aprietan los vencimientos de finales de junio

 Al servicio del capital financiero, el Gobierno enfrenta vencimientos millonarios mientras ajusta al pueblo.

Los vencimientos

A fin de junio, el Ministerio de Economía de Luis Caputo  deberá afrontar vencimientos por más de $10 billones en deuda en pesos, una cifra que desnuda la dependencia estructural del régimen económico hacia los especuladores financieros, en medio de un brutal ajuste sobre el pueblo trabajador.

El gobierno libertario avanza en un nuevo “rescate” al capital, buscando renovar títulos como LECAPs, BONTEs y BONCERs con altísimas tasas de interés, algunas por encima del 30 % anual. Se trata de una bicicleta financiera que no solo garantiza rentabilidad a bancos y fondos de inversión, sino que se sostiene con el hambre del pueblo: salarios de miseria, despidos, y jubilaciones pulverizadas.

El circo del “superávit”

Milei y Caputo celebran un supuesto equilibrio fiscal que, en realidad, se construye sobre la base de la licuación del gasto público, la recesión económica y la destrucción de conquistas sociales. Pero mientras se recorta en salud, educación y obra pública, el Tesoro se prepara para pagar sumas astronómicas a los mismos actores que lucraron durante los gobiernos anteriores.

El “superávit” es ficticio: lo que hay es un redireccionamiento del presupuesto hacia el pago de deuda, en gran parte indexada a inflación o atada al dólar. Según datos del propio mercado, este mes vencen $6 billones en LECAPs, $2,3 billones en BONTE y $1,7 billones en BONCER. Y la cifra seguirá creciendo en el segundo semestre.

La gran estafa: una deuda sin legitimidad

El plan del Gobierno es simple: garantizar un “roll over” exitoso a cualquier costo. Para eso, ya realizó una primera colocación con tasas altísimas, y se espera una segunda operación que incluirá un bono a tasa fija en dólares a 2030. Es decir, se sigue hipotecando el futuro para satisfacer la codicia del capital.

Todo este esquema se lleva adelante sin que medie ninguna auditoría ni discusión pública sobre el carácter ilegítimo y fraudulento de gran parte de la deuda heredada. No solo no se audita, sino que se la profundiza, a espaldas de las necesidades populares.

¿Quién paga la crisis?

El pueblo trabajador es el que está pagando esta estafa: con tarifazos, inflación persistente, pobreza creciente y salarios a la baja. Mientras la deuda se refinancia para asegurar ganancias privadas, las condiciones de vida de millones se siguen deteriorando.

Denunciamos este nuevo saqueo y llamamos a organizar una salida opuesta: romper con el FMI y dejar de pagar la deuda, nacionalizar la banca y el comercio exterior bajo control obrero, e implementar un plan económico al servicio de las mayorías trabajadoras, no del capital financiero.

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