Ninguno se imaginaba que una simple recomendación alimenticia iba a terminar desencadenando todo un picante cruce en vivo, cargado de reproches, ironías y hasta sospechas de infidelidad. Pero lo cierto es que Estefanía Pasquini no pudo dejar pasar el momento y explotó al aire contra su esposo, Alberto Cormillot, luego de una pregunta que la descolocó por completo.
Todo comenzó mientras Cormillot compartía consejos sobre ensaladas y acompañamientos, cuando Pasquini interrumpió con una confesión: “Recién nos dijeron por la cucaracha que tenía la boca sucia (por mi lápiz labial), y él me dijo ‘¿es tuyo?’”.
La respuesta que le dio el reconocido médico sorprendió a varios y sembró un rotundo silencio en todo el estudio de Cuestión de peso. Fue entonces cuando la nutricionista, totalmente indignada, remató: “Le digo ‘¿pero de quién va a ser?’”.
Rápidamente, Mario Massaccesi intentó descomprimir la tensión de la pareja haciendo uso de su humor. “¡Adriana! ¡Alberto!”, soltó, haciendo referencia a la recordada frase que Silvia Süller tuvo con Adriana Aguirre en la mesa de Mirtha Legrand hace unos años.
EL FUERTE RECLAMO DE ESTEFANÍA PASQUINI A ALBERTO CORMILLOT, ¿POR OTRA MUJER?
Lejos de quedarse ahí, Estefanía redobló la apuesta: “Entonces le escribí y le puse ‘si no es mío, ¿de quién va a ser?’”. La escena se volvió cada vez más insólita, y entre risas y bromas, Massaccesi también sumó lo suyo: “Yo vi que venía con la boca rara de allá, pero no quise decir nada. Vi un brillito, y dije ‘llegó Barbie’, pero no, era el doctor Cormillot que venía con la trucha pintada”.
Entre las risas y la incomodidad que le generó la frase de su pareja, Pasquini hasta amenazó con pedir las cámaras de la clínica y deslizó: “¡Es un delincuente este tipo!”. Mientras el equipo seguía el juego, ella se mantuvo en su postura y hasta contraatacó a Cormillot: “¡No! ¡Ni la clínica se merece! ¡Que duerma en la calle!”.
Por su parte, y fiel a su estilo calmado, Alberto trató de calmar las aguas: “No sabía si era comida (lo que tenía en la boca)”. Luego la nutricionista aclaró que no había ningún olor ajeno y que eso la hacía quedarse algo más tranquila. Un blooper con tintes de escena doméstica que dejó en evidencia cómo, incluso en la tele, hay gestos que hacen ruido.