En un contexto de márgenes ajustados y decisiones que se toman con extrema cautela, los productores valoraron la reciente baja de retenciones a los granos del 20’% implementada por el Gobierno, aunque coincidieron en que la rentabilidad todavía es limitada. Fue durante el Congreso de Aapresid, que tiene la fuerza de Expoagro, que se desarrolla en la Rural de Palermo desde hoy al viernes.
“Más allá de impactar directamente en el bolsillo, que no deja de ser un alivio, creemos que es mucho más simbólico el mensaje que el Gobierno está dando que lo que finalmente pega en el bolsillo”, explicó Guillermo Rivetti, ingeniero agrónomo, asesor y productor en la zona de Jovita y Del Campillo, al sur de Córdoba.
Según Rivetti, el leve repunte de los precios en pesos, especialmente en soja, responde más a la fluctuación cambiaria que a una mejora estructural del negocio. En su análisis, los actuales valores todavía no permiten proyectar márgenes sólidos, especialmente en campos arrendados.
“Hoy el número de la soja está levemente mejor, con una soja mayo a 290 dólares, y el maíz julio a 170 dólares, pero sigue siendo muy ajustado. En campos alquilados, el rendimiento de equilibrio sigue siendo muy alto, y eso te deja con poca espalda”, sostuvo.
En este contexto, algunos contratos de arrendamiento comenzaron a ser renegociados, aunque no todos los propietarios están dispuestos a ceder: “Hay quienes entienden que deben acompañar al productor, sobre todo si quieren que conserve el suelo”, dijo.
Desde la misma provincia, pero de la zona de Vicuña Mackenna y Laboulaye, el productor David Roggero coincidió en que las medidas ayudan, aunque no alcanzan a modificar el cuadro general de rentabilidad.
“Puede sonar a insuficiente, pero viene a ayuda. Ojalá algún día podamos lograr lo que el Gobierno plantea: que las retenciones sean cero. Es totalmente necesario porque los márgenes están muy finos, por no decir en rojo”, afirmó.
Roggero también señaló que la suba del dólar mejora la competitividad frente a otros países, pero aclaró que su esquema productivo no se modificó, ya que responde a una planificación anticipada y con insumos ya adquiridos.
“No me cambió el esquema de siembra porque es una rotación planificada con mucha antelación. Pero sí nos pone en una mejor situación que la que teníamos”, indicó.
En su zona, Roggero apuesta a una rotación intensiva, con foco en el doble cultivo y en el uso de cultivos de servicio, a pesar de las limitaciones climáticas: “Con 700 mm de lluvia y suelos que no son como los de la zona núcleo, el doble cultivo está dando buenos resultados, aunque implique una mayor inversión y riesgo”.
Ambos productores remarcaron que, a pesar del contexto, no se redujo el nivel tecnológico aplicado. “Cada día queda más claro que bajar la tecnología no es una buena herramienta. O hacés lo que hay que hacer, o directamente te retirás del negocio”, sentenció Roggero.
Más al este, en Paraná, Entre Ríos, Jonathan Grinovero, productor de unas 600 hectáreas con girasol, maíz, trigo, soja y cultivos de servicio, también valoró la baja de retenciones, pero la consideró insuficiente: “Es positivo por la visión, pero hay que seguir bajando. A nosotros, con los costos que tenemos, sobre todo fletes e insumos, no nos alcanza”.
Grinovero explicó que la presión de costos ha generado un estancamiento en la adopción tecnológica: “En un momento crecimos mucho en el uso de tecnología, pero hoy estamos frenados»
En relación a los campos alquilados, definió que «subsistimos». Contó que este año renegociaron los alquileres para seguir, pero el año que viene analizarán nuevamente cómo continuarán.
“Cualquier inconveniente climático, o cualquier problema que se cruce en los 6 o 7 meses de producción, te deja en negativo. Estamos produciendo al costo”, advirtió Grinovero.
Por el contexto de los márgenes de los cultivos tradicionales, decidió apostar por la carinata. «Es un cultivo que viene creciendo, tiene mejores márgenes y no está intervenido por el obierno. Y cuando no hay intervención, se nota en la rentabilidad”.
En la zona núcleo, Omar Hellena, un productor de Chovet, Santa Fe, destacó que el nuevo contexto le permite ajustar presupuestos y pensar en mayor inversión.
“Con los presupuestos que teníamos, con esta relación insumo-producto, esto mejoró. Es un paso, no es definitivo, pero ayuda a avanzar y da ganas de invertir”, explicó. El chacarero Produce trigo, maíz y soja de segunda, evitando la soja de primera por problemas de malezas y buscando preservar el suelo.
“Hay un panorama más favorable. La baja de retenciones sirvió, también la suba del dólar y el clima es más favorable. Pero más allá de esto, tenemos que ser más eficientes. Hoy el productor tiene que producir kilos”, resumió. Su enfoque se apoya en tres pilares: siembra directa, fertilización y manejo integrado de cultivos.