No hay manera de explicar lo que sufre Jorge Rial cada vez que se entera algo de More. Cada vez que prende su celular y alguna notificación de Twitter, de Insta, de un portal o de WathsApp le avisa que su polémica hija se mandó una de tumbera lo asaltan todos los temores juntos y se le dibuja la cara del meme que decía «pero lpm qué carajo pasó ahora». No alcanzan las frases para describir lo que siente ese hombre tan poderoso frente a los micrófonos pero tan endeble en el cuidado de su muchacha. Ni «el que se quema con leche ve una vaca y llora» ni el repetido «no gana para sustos» son suficientes. No. Su capacidad de asombro siempre se ve superada.
Ahora, Rial y el resto del país se enteraron que Morena (que este año ya fue desalojada, perdió la tenencia de uno de sus hijos, se puso en pareja, se separó, peleó públicamente con su primer marido y además de todo eso estuvo presa por integrar una banda que robaba casas en el norte del conurbano) fue a un boliche para pasar un buen momento pero terminó involucrada en una pelea a botellazos. ¡Ni una barrabrava genera tantas noticias de ese tipo en tan poco tiempo!
Pero lo peor, quizás, no fue eso. Porque lo peor con More parece ser siempre lo que está por venir. Lo que va a suceder. Que termina «superando», y con creces, a lo que ya pasó, a lo que ya es historia. Y en este caso lo que siguió a ese bochorno público y mediático fue un polémico descargo en sus redes sociales en el que se hizo cargo del hecho con un lenguaje muy particular. El lenguaje tumbero. Y pensar que Rial le pagó los mejores colegios…
More Rial arrancó tan tumbera como desafiante. En realidad, ese tono lo tuvo durante toda su «misiva», escrita de puño y letra dado el estilo «literario» que tiene. «Para los que me mandan mensaje o me pregunten si fui yo la del boliche, obvio que fui yo» tiró la muchacha en un primer momento. Después empezaron las referencias tumberas, o callejeras. «Nadie nos va a venir a pasar por arriba» avisó.
LA CARTA TUMBERA DE MORE RIAL QUE ESCANDALIZO A SU PAPA JORGE
Posteriormente, le mandó un claro mensaje a sus enemigos o rivales, o a quienes tengan el osado pensamiento de serlo. «Nadie se va a comer el papel y me voy a quedar de brazos cruzados. Tendría muchas cosas para decir pero me las guardo para mi. A las «pelos de dos pesos la noche» que se viven poniendo el moño les cabe la cagada, es así». Firmado, sellado, guardado y notificado por More. La More rial tumbera, Un «More Rial auténtico» podría decirse. Como los Cohiba cubanos que se fuma el drepa desde que se volvió fanático de los habanos.
Unos meses atrás, cuando More fue detenida, Rial se movió rápido. Contrato un equipo de abogados -se dice que gastó una fortuna- que rápidamente logró lo que parecía una tarea muy dificultosa, que su hija recuperara la libertad en tiempo récord. Se dijo en ese momento que Jorge le puso un ultimatum o le avisó que era la última vez que la salvaba. More parece no haber escuchado con claridad esas palabras.