Los protagonistas aprovechan la última semana que les queda hasta el comienzo formal de la campaña electoral —el martes 27 de agosto— para sacar ventaja en las urnas, más allá del interés que tengan los proyectos que tratarán.
Los bloques de la oposición en Diputados tejieron durante el fin de semana para una sesión el miércoles 20. Apuntan a tener los votos necesarios para rechazar el veto presidencial al aumento de jubilaciones y a la emergencia de discapacidad, y para plantear, aunque de manera más cauta, el rechazo a la ayuda a Bahía Blanca y la moratoria previsional, dos asuntos para los que pueden faltar votos para resistir el rechazo presidencial.
Creen que el mejor momento para proponer el debate es esta zona franca de tiempo que hay entre el cierre de candidaturas este domingo y las elecciones del 26 de octubre. Después de esa fecha, la oposición podría contar con menos fuerza para construir el tercio que sostiene las leyes vetadas.
A pura ganancia (creen)
Los secretarios de los bloques que se reunieron por zoom este fin de semana creen que deben aprovechar esta sesión, aun a riesgo de perder. Si ganan y rechazan los vetos, festejan y se apoderan de una bandera para la campaña. Si pierden, creen que el costo político lo pagará el gobierno, que habrá vuelto a «castigar» a los jubilados.
La elección de una pelea contra jubilados, docentes y personas con discapacidad en un año electoral es un riesgo para el oficialismo. Son temas que comprometen de manera transversal a sectores de todos los partidos; sirven para dividir cuando se quiere reinar sobre los entuertos ajenos, pero también despiertan respuestas contundentes y transversales.
José Mayans cree que el peronismo entró en lo que llama «la parábola decadente», que lo llevó a la derrota en 2021 y en 2023, en el momento en que Alberto Fernández propuso el proyecto de despenalización del aborto en 2020. Traer un tema que divide a la sociedad es malo y puede ser un expediente para dividir al adversario, pero puede generar contragolpes letales. En política la transversalidad es una malversación que se cura con más transversalidad.
La lección del aborto
Para Mayans, el peronismo no se recuperó nunca más de ese proyecto, en el cual insistió Alberto hasta lograr la aprobación, dos años después de que el propio Senado lo hubiera rechazado (cuando lo propuso el gobierno de Macri).
Mayans —abanderado «celeste» en ese debate— discutió con Vilma Ibarra, secretaria presidencial, en estos términos: “- ¿Cuánta gente imaginás que cree en el alma y la vida trascendente? ¿Un 10%?”. Vilma: “- No…, por lo menos el 50%”. Mayans: “- Entonces Alberto nunca va a ser reelecto porque nadie nos va a votar”.
Fernández en ese momento conservaba un prestigio altísimo en la opinión pública. También el formoseño disputó con la propia Cristina de Kirchner sobre las consecuencias de ese proyecto, que ella justificaba porque la había convencido su hija Florencia. Cuando se produjo la derrota electoral de 2021, Cristina admitió que Mayans había tenido razón y reprochó a Alberto Fernández haber metido al peronismo en ese apuro, empleando los mismos términos que usó para descalificar a Oscar Parrilli.
Olivos triste, solitario y final
Envalentona a la oposición de Diputados lo que pudieron saber, a través de los «topos» que tienen en el oficialismo, sobre el magro resultado del stand up del presidente en Olivos el martes pasado. Nadie entiende, ni siquiera los invitados, para qué los llevaron ni cómo se confeccionó la lista.
Citaban que Cristian Ritondo reclutó para el encuentro a diputados del PRO que tienen asegurada una candidatura, como Diego Santilli, Alejandro Finocchiaro y Sabrina Ajmechet.
Otros fueron llevados con el argumento de que pueden ser buenos voceros de la propaganda oficial porque el presidente les iba a dar una clase sobre la gravedad de que los vetos fueran rechazados. Entre ellos figuraban Silvana Giudici y Daiana Fernández Molero —que tienen mandato hasta 2027— y Luciano Laspina, que termina su banca por Santa Fe y no quiere renovar.
El presidente no habló mucho de los vetos y dedicó la reunión a repetir sus argumentos sobre cómo responder a quienes critican su agenda económica. Nada que no haya dicho en sus apariciones en los medios. Hay testimonio de la bronca de diputados dispuestos a dar su apoyo al gobierno y que se quedaron fuera de la invitación. La debilidad del encuentro, interpretan en la oposición, impidió que la prensa haya podido al menos informar quiénes estuvieron presentes; solo hubo comentarios partidarios.
De los 14 puntos al Pacto de Mayo
Acaso, como afirmó Woody Allen, tragedia más tiempo es igual a comedia. Entre abril de 2002 y el martes anterior, pasó casi un cuarto de siglo.
En aquel año, el país trataba de salir del incendio y los gobernadores firmaron ante Eduardo Duhalde un documento de 14 puntos que los comprometía a todos a un acuerdo que, un cuarto de siglo más tarde repitió casi literalmente el llamado Pacto de Mayo que los gobernadores entonaron ante Javier Milei n Tucumán.
En aquella oportunidad, la tragedia argentina convocaba a todos los partidos a un entendimiento de reforma de la economía, eliminación del déficit, y apertura al mundo en los términos de un capitalismo moderno que superase la crisis de la convertibilidad. El documento lo propuso el gobernador Juan Carlos Romero, sobre un trabajo que se atribuyó al economista Carlos Melconian. Ese documento desató un debate sobre quién sería ministro de Economía. Duhalde y el peronismo del AMBA propusieron a Alieto Guadagni. El peronismo del interior lo apartó y zanjó el debate una consulta de Duhalde con Raúl Alfonsín. Coincidieron en que Roberto Lavagna reemplazase a Jorge Remes Lenicov.
La designación sepultó el sueño tercerista de Duhalde, que tenía los trazos gruesos de toda ópera trágica. Lo había inspirado su asesor Daniel Carbonetto, que se sentó junto a él cuando se presentó el documento de los 14 puntos. Carbonetto venía de asesorar hasta el naufragio al peruano Alan García y orbitaba entre el Polo Obrero del cura Luis Farinello y las mateadas vespertinas con Saúl Querido en la sede de la CGT de la calle Azopardo.
Una farsa del original
El mismo escenario de Olivos albergó la presentación por Milei de lo que quiere sea el libreto de campaña: el filme de Cohn & Duprat que interpreta Francella. El presidente, que se cree el mejor de la historia, entiende que ese filme hará popular la guerra cultural de los déspotas ilustrados, como testimonio anti-woke. Arrastró a los invitados al calvario de verla. ¿Les habrá cobrado entrada Milei, como les cobró por el asado a los 87 héroes? ¿Será ese el motivo por el cual José Luis Espert se levantó y se fue?
No es nueva la opción preferida de Milei por la comedia, género que ha practicado en las tablas como artista, en los paneles televisivos, en su rol como «caricato» —Batman, Sandro, Leonardo Favio— y on la ternura de sus thumbs-up haciendo boquita de corazón. Se suele citar la frase de Marx sobre que «la historia ocurre dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa». Los 14 puntos de Olivos de 2002 siguen incumplidos después de medio siglo, como los del Pacto de Mayo de 2024, que vienen a ser, en el mismo escenario, una parodia o farsa del original.
El Senado se juega la última
En el Senado también hay un «fin de fiesta a todo o nada». El bloque radical convenció a José Mayans de postergar la sesión para la que tenían cuórum el jueves pasado. Iban a tratar los proyectos de fondeo universitario y del hospital Garrahan, y la anulación de los decretos desreguladores. Los radicales aseguraban el cuórum, pero advirtieron que el gobierno volvería a cuestionar la legalidad de la sesión. En plena campaña, argumentaron, no convenía darle al gobierno esa bandera.
Ezequiel Atauche se previno de que la comisión de Presupuesto y Hacienda hiciera una autoconvocatoria para dictaminar los proyectos, y citó a la comisión para el martes de esta semana. Mayans, que pasó la tarde del jueves en San José 1111 con Cristina de Kirchner, aceptó el criterio y cree tener asegurado no solo el cuórum para este supermiércoles, sino también la posibilidad de voltearle al gobierno ese paquete de iniciativas.
Poroteo en San José 1111
Mayans ejerce la presidencia del PJ Nacional y estuvo en San José repasando con Cristina el único escenario electoral que los desvela: las elecciones en las 8 provincias que eligen senadores nacionales.
En todas ellas creen tener asegurado al menos un senador por la minoría. En dos, creen que podrán sumar dos más —en caso de ganar la mayoría— para llegar a retener una decena de bancas para la nueva legislatura, de las 15 les vencen en diciembre.
Retener entre 8 y 10 le permitiría al peronismo conservar al menos un tercio de la cámara para ser el árbitro de decisiones que requieren mayorías especiales: vetos, designaciones en la Corte, la Procuración, etc.
Cristina ha logrado, pese a estar detenida e inhabilitada, detener la decisión sobre las cabezas de las listas nacionales del peronismo. Intenta imponer el criterio de que el público va a votar a los candidatos que ya conozca y que tengan las mejores encuestas. En sus conversaciones con dirigentes que la visitan para pedirle que los avale en las listas, responde que el trabajo del candidato no es ahora, en el momento de la campaña, sino antes, cuando hace trabajo político, se hace conocido y gana prestigio.
Obligada al resultadismo, corre el riesgo de todo político que decide posiciones: se gana el amor del elegido y el odio de la decena de postergados. Por eso, un dictador omnímodo como Francisco Franco recomendaba que el gobernante tiene que evitar en lo posible decidir sobre el destino de las personas, para no ser víctima de esas reacciones del ganador y la decena de perdedores.