domingo, 17 agosto, 2025
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La modernización laboral en debate

El mundo laboral cambió, las formas de trabajo cambiaron – hoy según la OIT se las llama formas de empleo atípicas -, las estructuras organizacionales se achataron y se hicieron más planas. La incertidumbre, la complejidad y la volatilidad dominan la escena. Lo que decididamente no cambiaron son las leyes laborales en Argentina, que se mantienen sólidas y a prueba de todo.

Si bien hoy más que nunca se hace imperioso actualizar la normativa laboral a la realidad de estos días, ocurre que en verdad estamos estructurando la relación laboral y el empleo con disposiciones de distinto orden jerárquico legal sancionadas y vigentes de hasta hace 81 años. Por ejemplo, la Ley del viajante, o la LCT data de hace 51 años, la Ley de Asociaciones Gremiales con unos 40 años de antigüedad y otras leyes de impacto laboral emparchadas con decretos, resoluciones y una ensalada incomprensible y creadora de increíbles cantidades de conflictos, base de la Industria del Juicio que asfixia empresas PyMes, que componen el 98 % de las empresas en el país, pero también a las más grandes y globales.

Nuestra normativa pareciera estar escrita en gris, donde la jurisprudencia prácticamente no existe, donde todo es litigio y donde las leyes contraponen disposiciones de la Constitución Nacional.

Argentina requiere un cuerpo legal laboral y previsional sólido, coherente y claro. Pero sobre todo alineado con la realidad de las actividades de las empresas que permita que sus procesos y negocios fluyan, que el empleo formal crezca y el informal disminuya o desaparezca.

Una alternativa sería repensar un Código del Trabajo que incluya un sólo cuerpo legal ordenado y claro para la comunidad de empresas y trabajadores.

Docenas de países cercanos lo tienen: Republica de Paraguay, República Dominicana, Ecuador, España, Perú, Chile Guatemala, Costa Rica. Un ejemplo claro es la convención 181 de la OIT a la que varios de los mencionados países han adherido. La ley bases allanaría el camino. Pero con eso no alcanza. Precisamos un Código del Trabajo y Previsional propio.

Si bien este pedido es parte de la narrativa de referentes de diversos sectores, la sensación de desesperanza en nuestros legisladores opaca todo intento de activación desde la gremial empresaria.

Así y todo, hay que ser honestos. La Ley Bases fue recibida con júbilo en cuestiones laborales prácticas y de aplicación inmediata como, por ejemplo: simplificación de registros laborales, ampliación del periodo de prueba, habilitación del fondo de cese laboral, la eliminación de multas laborales, la flexibilización en la licencia por maternidad, la libertad de contratación en trabajo agrario.

Es un avance que muestra la dirección deseada por el gobierno y parte del Congreso, pero es insuficiente. A este paso no llegamos nunca a la realidad actual.

Entre otras cosas, restan temas clave para dinamizar el mercado laboral: mejor régimen de pasantías laborales, flexibilidad en el trabajo temporal, goce de vacaciones a lo largo de todo el año, más seguridad jurídica en el trabajo, ida y vuelta de home ofice a presencialidad y viceversa, horarios flexibles para cada actividad y momentos del año, menos feriados, negociación colectiva por empresa, movilidad funcional de los empleados, realismo en la cantidad de delegados de base.

Para impulsar la competitividad del país, la modernización laboral debe ser parte de la agenda de desarrollo prioritaria de este gobierno.

por Carlos Contino

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