Este viernes a las 20 horas se llevará a cabo un ruidazo nacional convocado por los trabajadores del Hospital Garrahan y la Universidad Pública, en repudio a los vetos presidenciales que dejaron sin presupuesto a estas instituciones clave. La medida busca visibilizar el ajuste del gobierno de Javier Milei y preparar la gran movilización del 17 de septiembre al Congreso, cuando se discuta la ratificación o rechazo de esos vetos.
“Si no escuchan, hay que vetarlos a ellos”
La consigna central de la convocatoria es clara: “Este gobierno no escucha, entonces hay que vetarlo haciendo mucho ruido”. Se trata de una forma de protesta extendida, que combina acción descentralizada en los barrios, universidades y plazas, con un objetivo común: denunciar que el Ejecutivo atenta contra la salud y la educación pública, mientras sostiene el ajuste al servicio del capital financiero.
Puntos confirmados en todo el país
El ruidazo tendrá epicentro en múltiples ciudades y espacios de organización:
- Paraná – Casa de Gobierno
- La Matanza – UNLaM
- Córdoba – Patio Olmos
- Salta – Plaza 9 de Julio
- Moreno – Plaza San Martín
- Luján – Plaza Colón
- Río Gallegos – Santa Cruz
- Rosario – Santa Fe
- Jujuy – San Salvador
- San Juan – Campus Facultad de Filosofía
- CABA – Asamblea de Paternal y asambleas en las Facultades de Sociales, Filosofía y Letras, y Psicología (UBA), además de la FUBA.
La lista sigue creciendo con nuevas adhesiones de colectivos barriales, estudiantiles y sindicales.
Un paro y una advertencia
El Hospital Garrahan ya había realizado un paro en rechazo al veto, denunciando que sin financiamiento no se pueden garantizar insumos, tratamientos y salarios adecuados. Lo mismo ocurre en las universidades, donde rectores, docentes y estudiantes alertan que el recorte significa el vaciamiento de la educación pública.
Camino al 17 de septiembre
El ruidazo es considerado un anticipo de la movilización masiva al Congreso, donde se tratarán los vetos presidenciales. Distintos sectores señalan que la resistencia no puede limitarse a la negociación parlamentaria, sino que debe expresarse en las calles.
La ofensiva del gobierno contra el Garrahan y la Universidad Pública constituye un ataque directo a la salud y la educación del pueblo. Con este ruidazo, miles de trabajadores y estudiantes buscan dejar claro que no se resignarán frente al ajuste libertario.