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Los números que más impactan del primer semestre 2024 sobre pobreza e indigenci

El 52,9% de pobreza y 18,1% de indigencia implica que para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, 4.319.760 hogares se encuentran por debajo de la línea de pobreza, que incluyen a 15.685.603 personas; y, dentro de ese conjunto, 1.378.142 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, lo que representa 5.379.588 personas indigentes explica el  el informe del INDEC del primer semestre de este año.

Pero si estos porcentajes se extienden a toda la población de  47,1 millones de personas incluyendo la rural, la cantidad de pobres llega a casi 24.900.000 de personas, de los cuales 8,9 millones son indigentes porque carecen de ingresos o no les alcanzan para comprar los alimentos básicos.

Según los datos del Indec con relación al segundo semestre de 2023, la pobreza registró un aumentó 11,2 puntos porcentuales de 41,7% a 52,9%: equivale a 5,3 millones de nuevos pobres. En tanto la indigencia aumentó 6,2 puntos (de 11.9 a 18,1%): equivale a 2,9 millones de indigentes nuevos.

Lo preocupante, más allá de los números, es que los niveles de pobreza se dispararon en el último año. Las estadísticas publicadas por el organismo indican que en el primer semestre de 2023 la pobreza infantil era del 56,2% y la indigencia afectaba al 13,6% de los chicos. Por lo tanto, la pobreza saltó 9,9 puntos porcentuales y la indigencia aumentó 13,4 puntos.

La pobreza en los menores de 14 años llegó al 66,1%

A pesar de las ayudas sociales, volvió a sobresalir la pobreza infantil con 66,1%. Así, sobre poco más de 11 millones de menores de 14 años, los datos señalan que 7,3 millones viven en hogares pobres. Esto implica que 2 de cada 3 de los chicos menores de 14 años vive en hogares pobres, mientras que 3 de cada 10 pobres (28,4%) de los pobres son menores de 14 años.

En detalle, el 66,1% de los menores de 14 años viven en hogares con ingresos inferiores a una Canasta Básica Total (CBT), lo que significa que no perciben los suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Es decir, más de seis de cada diez niños son pobres en la Argentina. Así lo confirmó el INDEC en el informe de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondiente al primer semestre de este año.

De acuerdo al estudio, el 27% de la población de ese rango etario se encuentra en situación de indigencia, lo que significa que uno de cada cuatro niños pasan hambre en el país, dado que en sus hogares no ganan lo suficiente para cubrir el costo de una Canasta Básica Alimentaria (CBA) y hacer frente a sus necesidades alimenticias fundamentales. Los números oficiales dan cuenta también de un empeoramiento en la tasa de indigencia.

 Así, el 18,1% de la población de todo el país no pudo tener cubiertas las necesidades alimentarias básicas, lo que representaría 8,5 millones de personas. También implicaría una suba marcada respecto a los últimos índices: seis meses antes este número era de 12% y de 9,3% un año atrás.

Pobreza: qué pasa con los índices en relación al año pasado

Con respecto a un año atrás, 6,2 millones de habitantes se sumaron al universo que con su ingreso no pudo comprar la canasta básica total de alimentos y servicios básicos. Y se incrementó en 4,2 millones la población que no llegó a cubrir el valor de la canasta básica alimentaria, es decir que tuvieron problemas para alimentarse, pese a los planes de asistencia social. Otro dato relevante es lo que en el informe oficial se suele presentar como la «brecha» de pobreza y de indigencia. Esto es: qué tan cerca o tan lejos están los pobres y los indigentes que viven en la Argentina, en términos de ingresos, de poder salir de esa situación.

Esas cifras también son críticas: en promedio en el primer semestre un hogar pobre tuvo ingresos 42,6% por debajo de lo necesario para dejar de serlo. Una distancia de algo más de $300.000. Para el caso de la brecha de indigencia, fue de 33,4%, lo que equivale a decir que un hogar que no llega a cubrir la canasta alimentaria requirió $116.000 más en promedio para no ser indigente. El primer semestre del año fue atravesado por esa escalada inicial de la inflación de los primeros suba de precios que se asentó en el orden del 4% mensual desde mayo.

Hubo, en paralelo, una caída marcada del poder de compra de los salarios, que también comenzó a recuperar terreno en la medida en que desaceleraba el índice de precios, aunque no llegó a compensar enteramente lo perdido en el último año. Prácticamente una de cada cinco personas en la Argentina no llegó a poder alimentarse lo suficiente en el contexto de crisis económica, escalada de la inflación en los primeros meses del año y de pérdida de puestos de trabajo formales e informales. También implicaría una suba marcada respecto a los últimos índices: seis meses antes este número era de 12% y de 9,3% un año atrás. En el último año 4,2 millones nuevas

La foto es incluso más crítica entre los más jóvenes. La indigencia alcanza al 27% de los chicos de hasta 14 años. Aunque los más afectados son los que están en el rango de entre 12 y 17 años, donde sube a 29,4 por ciento.

Pobreza e indigencia: entre el desastre del kirchnerismo y la devaluación y el ajuste fiscal de Javier Milei

La tendencia de empeoramiento de las condiciones sociales, incluso las más básicas, en un contexto de ayuda estatal más amplia pero con una macroeconomía con inflación cada año más alta y salarios más bajos dio como resultado que desde fines de 2017 la indigencia escalara desde 4,8% hasta 18,1 por ciento. El informe del INDEC puntualizó que, «en promedio, los hogares indigentes tienen una distancia de $116.620 entre sus ingresos y el valor de la línea de indigencia. En términos porcentuales, esto implica que sus ingresos en promedio se encuentran 33,4% por debajo de la línea de indigencia. En el caso de los hogares pobres, la distancia se refiere a la línea de pobreza y es de $302.147 lo que implica una brecha de 42,6%».

Por otro lado si la regionalizamos la pobreza se observa que está alcanzó en el primer semestre a casi seis de cada diez personas que viven en el conurbano bonaerense mientras que la indigencia en esos partidos de la provincia de Buenos Aires más que se duplicó en el último año, al 22,7%. En esta región hay 7.741.446 de pobres de los cuales 2.939.274 son indigentes, por lo que se concentran más del 50% de los argentinos que se encuentran en esa situación a nivel nacional.

Los datos arrojan que en el Gran Buenos Aires (GBA) el 42,9% de los hogares (2.321.926)y el 52,8% de las personas son pobres (8.437.209). En esa región el 14,8% de las familias (802.876) y el 19,8% de las personas son indigentes (3.164.044). En el GBA viven el 53% de los 15.685.603 de personas pobres en los 31 aglomerados urbanos relevados por el organismo estadístico y el 58,8% de los 5.379.588 de indigentes a nivel nacional. En esos partidos de la provincia de Buenos Aires la pobreza alcanzó al 50,1% de los hogares (2.068.435) y al 59,7% de las personas ( 7.741.446). 

Es ahí donde se concentran casi la mitad de los pobres a nivel nacional. La indigencia representa al 17,5% de las familias (720.888) y al 22,7% de la población (2.939.274) en el conurbano. Es allí donde viven el 54 por ciento de los indigentes del país. En lo que respecta a la pobreza medida por regiones la del noreste (Corrientes, Formosa, Gran Resistencia y Posadas) sobresalen con una pobreza del 62,9% y una indigencia del 23,2% En Gran Resistencia la pobreza es del 76,2%, la mayor de toda la Argentina.

Formosa, donde más creció la incidencia de la pobreza

En el análisis de los aglomerados urbanos por regiones durante el último año se puede observar que fue en Formosa donde más creció la incidencia de la pobreza: pasó del 29,7% al 67,6%, un salto de casi 40 puntos porcentuales. Le siguió La Rioja, que pasó del 39,6% en el primer semestre de 2023 al 66,4% en el mismo período de este año. En tercer lugar quedó Tierra del Fuego (Río Grande y Ushuaia) en donde la pobreza saltó del 25,4% al 48,6% en el último año, un incremento de 23,2 puntos porcentuales, seguido por Santa Cruz (20,3 puntos) y Misiones (20 puntos).

La pérdida de poder de compra de los salarios informales (los más expuestos a la pobreza) son de difícil medición, aunque el Indec realiza un informe sobre salarios amplio que los contempla pero con un rezago en la información de unos cinco meses. El último dato muestra que los salarios informales están 57 puntos porcentuales por debajo del ritmo de inflación. En su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada, el vocero presidencial Manuel Adorni realizó un amplio desglose en el que apuntó directamente al kirchnerismo.

«Es un número que va a volver a reflejar la cruda realidad que atraviesa la Argentina y es consecuencia del populismo«, enfatizó. «El Gobierno heredó una situación desastrosa, la peor herencia que recibió un gobierno en la democracia, quizá de las peores que recibió un gobierno en la democracia, quizá de las peores que recibió un Gobierno en la historia», apuntó el portavoz.

El primer semestre del año fue atravesado por esa escalada inicial de la inflación de los primeros meses del año, hasta un ritmo de suba de precios que se asentó en el orden del 4% mensual desde mayo. Hubo, en paralelo, una caída marcada del poder de compra de los salarios en el primer trimestre, que también comenzó a recuperar terreno en la medida en que desaceleraba el índice de precios, en el segundo trimestre.

El Gobierno aumentó el monto de las transferencias de AUH y de Tarjeta Alimentar por encima del ritmo de la inflación en lo que va del año, pero los números indican que fue insuficiente para evitar un empeoramiento en las condiciones de vida. Ayer, antes de hacerse público el indicador crítico de condiciones sociales de vida, el Gobierno dejó trascender que anunciará la ampliación de la Tarjeta Alimentar y el refuerzo de las políticas de asistencia.

Por su parte el ministro de Economía, Luis Caputo, a través de su cuenta de X hizo referencia a un cuadro del economista Fernando Marull para explicar que si no se hubieran tomado esas medidas la pobreza podría haber llegado al superar 90 por ciento.

«Este gráfico de @FernandoMarull muestra de manera elocuente la diferencia cuando el ajuste lo hace el mercado versus un programa económico serio. Desde una situación mucho menos crítica, post crisis 2001, la tasa de pobreza casi se duplicó para llegar al 58%. Prueba contundente que no es una exageración cuando el presidente @Milei dice que si no hubiéramos evitado la catástrofe que muchos predecían, la pobreza podría haber llegado a niveles de 80 o 90 %».

El aumento de la pobreza que es de tipo estructural en los últimos 20 años, se explica por el empobrecimiento de los trabajadores ocupados en todas las modalidades laborales (registrados y no registrados) y en los que desempeñan por cuenta propia por el rezago de los ingresos de los hogares frente al fuerte incremento de la inflación que en el 2023 fue del 240 % y en la primera mitad de 2024 fue 79,8%. Además hay que considerar la devaluación del peso del 118 % que se produjo en enero de este año.

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