Madrid, 3 dic (EFE).- Varios alcaldes de poblaciones valencianas afectadas por la DANA han lamentado este martes en el Congreso la falta de prevención urbanística, la ausencia de avisos a tiempo de la catástrofe que se estaba desatando y el abandono posterior a la riada como causas del desastre que todavía sufren.
Además, han exigido mayor autonomía y flexibilidad en las reglas de gasto para la contratación de personal en la gestión de las ayudas y la reconstrucción, un gran plan de inversiones para la recuperación económica de las comarcas afectadas, inversiones en infraestructuras preventivas y cambios en el urbanismo que respeten los cursos de agua.
La Asociación de Juristas Valencianos ha convocado hoy en una sala del Palacio del Congreso a agentes sociales y juristas, y también a varios alcaldes y responsables municipales de poblaciones valencianas afectadas por la DANA del 29 de octubre.
Marta Murciano, concejala de Alacuás, ha recordado lo sucedido “como la crónica de una muerte anunciada” por “nuestros abuelos; mi propio abuelo me advirtió de que construir un centro comercial, como es el caso del Bonaire, en un barranco, conduciría al desastre” .
“Y así sucedió. Pero además es que no tuvimos más que una alerta por lluvias que cuando llegó a mi pueblo no se entendió, porque esa no era la realidad cuando te asomabas a la calle y veías el agua corriendo y escuchabas los gritos de tus vecinos”, ha añadido.
Ante la falta de avisos, o antes de que otras administraciones reaccionaran, en algunos municipios se tomaron decisiones que salvaron vidas, como fue el caso de Utiel, cuyo regidor, Ricardo Gabaldón, ha recordado que “llovía muchísimo, desde las 06:00h de la mañana».
«La decisión de cerrar los centros educativos la tomé a las 07:00 de la mañana. Si no hubiéramos adoptado aquella decisión, hubiéramos ido muy mal el resto del día”.
En la misma línea, María Ángeles Llorente, teniente alcalde de Cheste, ha recordado que “desde las 11:00h de la mañana ya había llovido mucho, y se vieron afectados algunos centros escolares. Cuando todavía estábamos en alerta naranja suspendimos las clases y enviamos una alerta desde una app propia”.
“Si hemos podido salir adelante estos días ha sido gracias a nuestro propio esfuerzo”, ha lamentado Llorente, unas palabras que han tenido eco en otras de María José Hernández, de Albal, que ha lamentado “la sensación de absoluta soledad y desamparo que sufrimos los primeros días”.
“En Albal, cuando llegó el mensaje de alerta, era tarde, tardísimo, había gente con el agua por la cintura, gente que había muerto”, ha recordado.
En cuanto al problema urbanístico, Amparo Giner, alcaldesa de Benicull, ha señalado la necesidad de “revisar los planes urbanísticos de todos los municipios, y la necesidad de que la Administración ponga límites a las construcciones en sitios inundables, porque esto nos lleva a la catástrofe”.
“Es inadmisible la proliferación de casetas diseminadas; cuando hoy la Generalitat tiene drones para controlar no puede suceder, porque una situación como la dana es catastrófica para las vidas de la gente. Los políticos a veces olvidamos la palabra del técnico y construimos a pesar de todo, eso tiene que cambiar”, ha añadido Giner. EFE