domingo, 12 enero, 2025
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El plan de Cristina Kirchner para vincular a Edgardo Kueider con el gobierno de Javier Milei

El escándalo por la detención del senador nacional Edgardo Kueider en Paraguay desató un debate en el que se involucraron personalmente el presidente Javier Milei y Cristina Kirchner, cuya tropa en el Senado empezó a presionar para sesionar la semana que viene y votar la expulsión del entrerriano, con el objetivo de dejar expuesta su cercanía con La Libertad Avanza.

Luego de que se hiciera vox pópuli que Kueider jugó todo este año a favor del oficialismo -algo muy comentado dentro y fuera del Senado y con muestras concretas- Milei intentó despegarse. Este jueves el Presidente publicó una imagen de la boleta del Frente de Todos de 2019, por la que el entrerriano ingresó al Senado, y le apuntó a Cristina Kirchner: «Todo tuyo», señaló el Presidente.

Si bien es cierto que Kueider fue candidato en la lista de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, la ex vicepresidenta salió al cruce de Milei: «Si hubiera sido mío no votaba la Ley de Bases, querido Javier. Te gusta el durazno, pero no te bancás la pelusa», disparó. Ahora, sus senadores quieren trasladar esta controversia al recinto, con la obvia finalidad de pegar al Gobierno con el escándalo.

La idea de Unión por la Patria, que ya presentó un proyecto de resolución para «remover» a Kueider por «inhabilidad moral» tras haber sido detenido en la zona de frontera de Paraguay con 200.000 dólares y casi 3.910.000 pesos en efectivo sin declarar, es apurar la votación de esa iniciativa para «ver quiénes lo defienden y quiénes no», según afirmó la senadora K Juliana di Tullio.

En paralelo, el kirchnerismo tiene otra motivación para apurar la remoción de Kueider y es que en su lugar debería asumir -de acuerdo a la lista de senadores por Entre Ríos de 2019- Estefanía Cora, una dirigente de La Cámpora.

¿Edgardo Kueider es de Javier Milei o de Cristina Kirchner?: la estrategia del kirchnerismo

El bloque que comanda José Mayans junto a Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti -ambas muy cercanas a Cristina Kirchner- presionará a la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, para convocar a una sesión la próxima semana y debatir la remoción de Kueider, según confirmaron fuentes del espacio a iProfesional.

Aseguran que los 33 senadores que integran Unión por la Patria estarían listos para esa sesión. Se necesitan 37 para tener quórum e iniciar la sesión y una mayoría de dos tercios (que serían 48 si hubiera asistencia perfecta de los 72 senadores) para aprobar la remoción de Kueider, quien decidió tomarse licencia hasta que lo hechos se esclarezcan.

«Hay que ver si el resto de los bloques van a dar quórum», desafío Di Tullio en declaraciones radiales. En el mismo sentido, remarcó que una vez en el recinto se verá «quiénes lo defienden y quiénes no, es algo de sentido común».

La picardía del kirchnerismo está en el hecho de que la primera reacción del oficialismo del Senado y del interbloque Provincias Unidas que integra Kueider fue aclarar que hay que dejar investigar a la Justicia antes de tomar una definición en el Congreso.

De hecho, en medio del shock por el caso, la propia Villarruel expresó -en su respuesta a un tuit de Cristina Kirchner- que «la justicia dirimirá responsabilidades» y el Senado tomará «todas las medidas que haya que tomar para que se paguen los actos delictivos que se hayan cometido». La bancada K no quiere esperar y apura el tema para incomodar al Gobierno.

¿Con qué argumentos quieren echar a Kueider del Senado?

El argumento legal del kirchnerismo para apurar la expulsión de Kueider está en el artículo 69 de la Constitución Nacional, el cual dispone que ningún diputado o senador «puede ser arrestado, excepto el caso de ser sorprendido in fraganti» en la comisión de un delito.

«Cuando se lo agarra in fraganti a un senador o una senadora se le terminan los fueros y lo que corresponde es aplicar el artículo 66, que es la facultad disciplinaria que tiene la Cámara de Senadores para sus integrantes», remarcó Di Tullio.

De esta forma, además, el kirchnerismo intenta contrarrestar la jugada que puso en práctica el gobierno de Milei al incluir sorpresivamente en el temario de las sesiones extraordinarias -que serán entre el 5 y el 27 de diciembre- un proyecto para suprimir los fueros que tienen los legisladores, a pesar de que efectivamente esto está regulado por la Constitución Nacional y no por una ley común.

Por otra parte, el artículo 66 de la carta magna es el que dispone que cada Cámara del Congreso «podrá con dos tercios de votos, corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el ejercicio de sus funciones, o removerlo por inhabilidad física o moral sobreviniente a su incorporación». Ese es el justificativo del pedido de remoción para Kueider.

Sin Kueider, el kirchnerismo sumaría una banca: qué hay detrás de la pulseada

Kueider se fue del bloque Frente de Todos en 2022 y se puso del lado del entonces presidente, Alberto Fernández, en la pelea pública que mantuvo con Cristina Kirchner, a quien criticó en varias oportunidades. Desde ese momento, la bancada kirchnerista le hizo la cruz.

Tras la llegada de Milei al Gobierno, el senador entrerriano empezó a sumar para el oficialismo en el recinto y le aportó un voto clave para la aprobación de la Ley Bases. Ese fue el punto de quiebre final con el kirchnerismo y también con buena parte del peronismo. En el PJ de Entre Ríos tramita desde entonces un pedido para desafiliarlo del partido.

Todo esto influye en el rápido pedido de remoción del Senado que presentó Unión por la Patria, aunque un poco más pesa el hecho de que su suplente sería Estefanía Cora, actual diputada provincial y militante de La Cámpora. Es decir, el bloque kirchnerista pasaría a tener 34 bancas.

Ese punto ya empezaron a señalarlo en La Libertad Avanza para desacreditar la iniciativa de Unión por la Patria y, si forzaran una sesión, tratar de dejarlos sin quórum.

Paradójicamente, si el oficialismo usara ese argumento político para evitar la expulsión de Kueider correría el riesgo de entrar precisamente en el juego que le plantea el kirchnerismo: exponer que «el Gobierno lo quiere proteger porque es un hombre propio» según dijo Di Tullio. Todos los otros senadores evalúan por estas horas estos elementos antes de decidir qué harán.

La discusión reglamentaria que se perfila: ¿el Senado puede sesionar por este tema?

Otro resquicio que podría tratar de aprovechar el arco no kirchnerista para frenar la avanzada sobre Kueider y el intento de salpicar al gobierno de Milei es instalar una discusión reglamentaria, sobre si pueden o no discutir este tema en el recinto fuera del período de sesiones ordinarias o dentro de las sesiones extraordinarias, dado que en este último caso los proyectos a tratar los fija el Poder Ejecutivo.

La Constitución Nacional establece que «cada Cámara es juez de las elecciones, derechos y títulos de sus miembros en cuanto a su validez». En Unión por la Patria, según indicaron a iProfesional, aseguran que el Senado puede tratar la remoción de uno de sus miembros en cualquier momento, independientemente del período de sesiones, por se trata de una definición sobre «la conformación del cuerpo», que es autónomo respecto de los otros poderes del Estado.

Por otra parte, la estrategia del kirchnerismo contempló otro detalle: pide la remoción por inhabilidad moral, pero no el desafuero porque sabe que en cualquier otro bloque podrían argumentar que para desaforarlo hace falta la orden de un juez. Es lo mismo que hizo la Cámara de Diputados en 2017 con el ex ministro de Planificación del kirchnerismo Julio de Vido.

Es por ello también que Di Tullio remarcó, sin ninguna inocencia, que la inmunidad de arresto que dan los fueros no corre si al legislador lo atrapan «in fraganti» y esto ya sería motivo suficiente para pedir su expulsión de la Cámara.

El juego de Kueider en el Senado y los guiños del Gobierno

Kueider sigue en Paraguay para prestar delcaración ante la Justicia de ese país por su intento de ingresar con grandes sumas de dinero sin declarar. Informó que pedirá licencia en el Senado mientras se investigue su situación y este jueves anunció que permanecerá en el país vecino «a disposición de la Justicia» independientemente de cómo se resuelva su situación procesal.

Más allá de la pelea «para la tribuna» que protagonizan Milei y Cristina Kirchner respecto de quién se hace cargo -en sentido figurado- de Kueider, hubo varias muestras durante este año de que el oficialismo contaba como un aliado al senador de Entre Ríos que ingresó con el Frente de Todos y se paró como uno de los pocos «albertistas» en la interna de la gestión anterior.

El primero gesto fue el voto crucial que aportó para el avance de la Ley Bases, en un escenario que de tan parejo que era obligó a Villarruel a desempatar. A partir de allí, el senador estrechó su vínculo con el poderoso asesor presidencial Santiago Caputo, como contó este medio y comentan hace meses distintas fuentes del Senado.

En ese marco, Kueider fue propuesto a instancias de Caputo para encabezar la estratégica Comisión Bicameral de Inteligencia, en la que el asesor presidencial se interesó en medio de la polémica por el DNU de Milei que le amplió el presupuesto a la Secretaría de Inteligencia (SIDE) en 100 millones de dólares.

Finalmente fue el radical Martín Lousteau el que se quedó con ese lugar, pero la candidatura de Kueider fue promovida desde la Casa Rosada. Poco después, el entrerriano se hizo con la presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales, un lugar al que llegó con el apoyo decisivo de La Libertad Avanza y los bloques dialoguistas.

Todo esto fue lo que desató el «juego de la mancha» en el que se metieron Javier Milei y Cristina Kirchner en las últimas horas con el escándalo de Edgardo Kueider. Ahora, la bancada kirchnerista quiere llevar esa discusión al recinto del Senado con el pedido para remover al entrerriano de su banca y, de paso, tratar de ganar un lugar más para ellos.

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