Ayaan Hirsi Ali, una exparlamentaria holandesa, instó a la abolición de los tribunales de la Sharia en el Reino Unido, calificando su existencia como «absolutamente escandalosa«.
Durante una entrevista con el medio GBN America, Ali criticó la coexistencia de lo que describió como un «sistema paralelo» que opera junto con la legislación británica.
El Reino Unido se ha convertido en la «capital occidental» de los tribunales de la Sharia, con alrededor de 85 consejos islámicos en funcionamiento desde la creación del primero en 1982.
Se estima que en el país se han llevado a cabo unos 100.000 matrimonios islámicos, muchos de los cuales no están registrados oficialmente ante las autoridades civiles británicas. Estos consejos operan como organismos informales, con un enfoque principal en cuestiones relacionadas con disoluciones matrimoniales y divorcios.
La Sharia fue descrita en una revisión oficial por la teóloga y profesora Mona Siddiqui como una jurisprudencia basada en las interpretaciones de eruditos islámicos entre los siglos VII y XIII. «Habéis permitido que se instaurara todo un sistema paralelo en una población que se ha negado a asimilarse«, afirmó Ayaan Hirsi Ali.
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La exparlamentaria subrayó que el Reino Unido debería preservar un único sistema jurídico que se aplique de manera uniforme a todos los ciudadanos, señalando al derecho consuetudinario británico como el marco adecuado.
Hirsi Ali expresó especial preocupación por la protección de los niños vulnerables, refiriéndose específicamente a los numerosos casos de niñas menores de edad que fueron víctimas de violación, abusos sexuales y asesinato por parte de bandas de inmigrantes ilegales musulmanes.
Asimismo, destacó la necesidad urgente de salvaguardar el patrimonio y la identidad nacional británicos mediante un sistema legal unificado y coherente.
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La Ley Sharia
La Ley Sharia es objeto de numerosas críticas, especialmente en contextos no musulmanes o en países democráticos con sistemas legales laicos.
Algunas de las críticas son que la sharía establece normas que colocan a las mujeres en una posición desigual respecto a los hombres, por ejemplo, en temas de herencia (donde la mujer puede recibir la mitad de lo que recibe un hombre) y en derechos matrimoniales o de divorcio.
En el mismo sentido, las mujeres pueden ser víctimas de castigos como la lapidación, amputación, azotes y ejecuciones públicas, lo cual generó rechazo debido a la crueldad y la violación de los derechos humanos.
Las mujeres también enfrentan restricciones como la obligación de vestir de manera específica (por ejemplo, el uso obligatorio del hiyab o burka), limitaciones en su movilidad sin un acompañante masculino, y barreras para trabajar o estudiar.
Bajo esta ley, abandonar el Islam o criticar la religión puede ser castigado con la pena de muerte, lo que ha sido denunciado por limitar la libertad religiosa y de expresión. En países con minorías religiosas significativas, imponer la sharia es básicamente la negación de los derechos de esas comunidades.