domingo, 23 febrero, 2025
InicioEspectáculosVinagre de manzana, la serie de Netflix que está en boca de...

Vinagre de manzana, la serie de Netflix que está en boca de todos: la historia de la influencer que se inventó un cáncer

A cualquier desprevenido que no lea la sinopsis, el título le podrá disparar las ideas más extrañas. Vinagre de manzana. Esas tres palabras bien elegidas como carnada para anzuelo remiten a las disparatadas fórmulas «mágicas» que se nos presentan en redes: «Cure milagrosamente su cuerpo con jugo de limón». O esos reels de Instagram curados por gurúes que invitan a enigmas como «lo que los médicos nunca te contarán sobre el uso medicinal secreto del hinojo».

Los seriéfilos devotos de la oferta de deglución fácil andan alabando esta historia disponible en Netflix que pone la lupa en esa peligrosa industria del bienestar divorciado de la medicina. Pero no estamos ante una ficción imperdible por su realización o su elevada propuesta intelectual. La fuerza del producto radica en la denuncia de ese impune universo de los influencers que «recetan» y promuevan prácticas no científicas, en muchos casos como «remedio» para enfermedades graves. La vulnerabilidad en momentos extremos como señuelo para el fraude.

Serie basada en una historia real -del libro de investigación The Woman Who Fooled the World, de los periodistas Beau Donelly y Nick Toscano-, se centra en la estafadora australiana Belle Gibson (Kaitlyn Dever), una joven madre soltera ambiciosa y mitómana que ve el éxito de su amiga blogger y la imita.

Milla (Alycia Debnam-Carey) es una mujer que luego de una sentencia médica de amputación, cree haber curado su cáncer en el brazo con una alimentación saludable, jugos y enemas. A tono con esa idea, su nueva competidora, Belle, sigue sus pasos y monta un castillo de naipes en base a una mentira: le jura al mundo que padece cáncer de cerebro y que la medicina tradicional es su enemiga.

Todo empieza por el final: Belle es desenmascarada por una amiga que trabaja para ella, Chanelle (Aisha Dee). Un perseverante periodista de investigación Justin (Mark Coles Smith) será el gran motor de la búsqueda de justicia, impulsado por el caso de su mujer, Lucy (Tilda Cobham-Hervey), que sufre cáncer de mama y se convence en desechar la quimioterapia y anteponer el «manual» de Belle.

La astuta empresaria jura que los médicos le anticipaban «de seis semanas a cuatro meses como máximo de vida», pero que está «curada». Desde su celular, le hablará a miles de futuras víctimas y les contará cómo decidió abandonar la radioterapia y embarcarse en «una búsqueda a través de la nutrición, la paciencia, la determinación y el amor». Hasta la revista Elle de Australia llegó a calificarla como «la mujer más inspiradora que has conocido».

Con varias licencias y cambios de nombres respecto al caso real (pero manteniendo el nombre real de la acusada), la historia muestra la personalidad compleja de la famosa farsante y un deseo irrefrenable de validación social. Convertida en celebridad, logra la cima de la lista de descargas de Apple y lanza de un libro de cocina, una «biblia» contra el cáncer. Sin embargo, algo huele mal en su cuentito de resiliencia.

Milla (Alycia Debnam-Carey), la mujer enferna que «inspira» a Belle Gibson a montar un imperio.

La narración retrata los tramos de su anonimato, el crecimiento del espantoso negocio y su inevitable caída (2009-2015). El problema es que en esos flashbacks desordenados, en esa estructura un tanto caótica de saltos de tiempo bruscos muchas veces el relato pierde fuerza y genera confusión. Una la línea de tiempo que marea.

Esta ficción nos trae recuerdos de otras series sobre jóvenes embusteras de renombre: The Dropout, con Amanda Seyfried, sobre Elizabeth Holmes, que encandiló a Silicon Valley con su promesa de revolucionar la industria de la salud y los laboratorios «solo con una gota de sangre», e Inventing Anna, con Julia Garner, sobre Anna Sorokin, quien se hizo pasar por heredera para acceder a la alta sociedad de Nueva York.

De a ratos los personajes rompen la cuarta pared, nos hablan a cámara. También vemos emojis, textos en pantalla y otros recursos típicos de la esfera digital en la que se mueve la protagonista.

La actuación de Dever (Inconcebible) se destaca y, sin embargo, algo falla en este hit del streaming. Es como si al relato de esa protagonista le faltara una arista, una profundidad psicológica que nos hiciera entender por qué actúa así, más allá de sus desequilibrios mentales o su tormentoso pasado. Al final, nos queda la sensación de que no se llega al fondo del asunto.

Ashley Zukerman y Kaitlyn Dever.

Esta villana que fue incluida en su momento en la lista de «10 villanos del año» de Washington Post, especialista en lágrimas de cocodrilo y cultora de la seudociencia, es una de las mujeres más buscadas en Google por estos días. Se cree que cambió la identidad y se desconoce su paradero, aunque la serie no se enfoca en aquella huída.

Con las advertencias hechas, bien vale poner Play para recordar el poder agrio de la virtualidad y cómo un prestigioso influencer puede ser un espejismo, un artista de la manipulación que se vale de nuestra buena fe y la enchastra con el poder corrosivo del vinagre.

Ficha:

Calificación: Buena. Dirección: Jeffrey Walker. Creación: Samantha Strauss. Protagonistas: Kaitlyn Dever, Alycia Debnam-Carey, Aisha Dee. Emisión: 6 episodios, por Netflix.

Más noticias
Noticias Relacionadas